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Los alumnos y alumnas del CEO Príncipe de Asturias de Ramales nos están dando una valiosa lección a todos. Con pocos medios y mucha voluntad, han desarrollado un proyecto medioambiental con el que, además de concienciar sobre el valor de la naturaleza y la necesidad de cuidarla, han creado un maravilloso rincón en el que se juntan todas las disciplinas y aprenden sin apenas ser conscientes de ello. Han creado un huerto en el que, no solo ven como se desarrollan las plantas que luego pueden comer, sino que indican el nombre de cada una de esas plantas cultivadas con su nombre científico y los nombres comunes en todos los idiomas de las distintas nacionalidades de los niños del colegio, un ejemplo de integración y de cómo promover la curiosidad por otras culturas, ¿Tu sabes decir “fresa” en chino? Ellos, sí.
Este huerto separa los diferentes bancales reutilizando botellas de plástico del comedor pintadas por ellos mismos, las botellas se emplean también para hacer espantapájaros que protejan el huerto. Junto al huerto han creado un estanque en el que van a poder estudiar el desarrollo de las plantas acuáticas y los organismos asociados a estos ecosistemas, pequeños insectos y, con un poco de suerte, algún anfibio.
También disponen de una compostadora en la que ellos mismos se encargan de depositar los restos de fruta del comedor para obtener un compost con el que abonar el huerto, conociendo de primera mano el ciclo de los elementos, cómo la materia orgánica se descompone y vuelve al medio en un ciclo infinito.
Este rincón les está permitiendo concienciarse en la necesidad de proteger la naturaleza, de reutilizar los residuos e intentar reducir el uso de plásticos porque, cuando los reutilizas ves que acumulas muchos más de los que te da tiempo a reutilizar. Los profes también se están empleando a fondo y, dando ejemplo, están limitando el uso de botellas de plástico de un solo uso ¡enhorabuena por el esfuerzo! Llama la atención lo limpio que está el patio, no se ve un papel, un trozo de papel de aluminio o una botella tirada, el reciclaje hace que asimilen como algo natural el mantener limpio su entorno y preocuparse por depositar cada residuo donde corresponde.
Un proyecto que nos demuestra que con un poquito de esfuerzo el beneficio es inmenso, tenemos un rincón lleno de naturaleza, con olores, sonidos y colores que estimulan los sentidos y aportan conocimientos de infinidad de disciplinas en forma de diversión, un ejemplo de concienciación, integración y diversión. Un pequeño laboratorio de ciencias naturales, de física, de química, de idiomas, un lugar que invita al relax y a la meditación, un lugar en el que dejar volar la imaginación, transformar en arte los residuos y aprender a colaborar, un rincón que es una escuela en sí mismo porque ¡hay tanto que aprender de la naturaleza!
Y este es solo el principio, los alumnos y alumnas del colegio nos están enseñando a todos y la lección NOS ENCANTA.
¡¡GRACIAS!!
Invasoras en Ramales 