Pharthenocissus tricuspidata
Las conocidas como parras vírgenes son especies ornamentales muy populares empleadas por la belleza de su colorido en otoño, son un grupo de lianas y plantas trepadoras de la misma familia que las vides (Vitaceae); en Cantabria, es la especie Parthenocissus tricuspidata, especie de origen asiático, la catalogada como especie objetivo por su potencial invasor y es la que vemos con mayor asiduidad,
aunque también encontramos por Ramales ejemplares de Parthenocissus quinquefolia (enredadera de Virginia), de origen americano, no contemplada en el plan regional del gobierno de Cantabria pero que sí se considera especie con potencial invasor en otras comunidades. Ninguna de ellas está contemplada entre las especies exóticas invasoras en el catálogo del ministerio.
Su nombre genérico proviene de los términos griegos, parthenos (virgen) i kissos (hiedra), mientras que el epíteto específico “tricuspidata” hace referencia a la forma trilobulada de sus hojas.
Se trata de un arbusto trepador con tallos finos que van formando una maraña a lo largo del desarrollo de la planta, pudiendo alcanzar los 30 metros de altura si encuentra un soporte adecuado; se desarrolla con profusión, llegando a cubrir fácilmente fachadas y muros.
Dispone de zarcillos, que son órganos de sujeción, en los extremos de sus tallos, que se ramifican y terminan en pequeñas ventosas, con los que se sujeta a muros, paredes, fachadas e incluso, árboles; haciendo que la capacidad de propagación y crecimiento en superficies verticales sea fuerte y vigorosa. Estos discos adhesivos tienen, además, la capacidad de secretar carbonato cálcico para adherirse al sustrato sin dañarlo, de ahí que también se denomine “enamorada del muro”.
Sus tallos son muy finos, de ellos salen hojas simples, en disposición alterna, con largos peciolos, palmatinervias, trilobuladas con lóbulos acuminados y dentados, con haz glabro y brillante y el envés pubescente sobre los nervios, que son muy marcados, caducas, de entre 8 y 15 cm de color verde oscuro que en otoño tornan rojas antes de caer lo que las hace muy llamativas, razón por la que se cultiva. Algunos ejemplares pueden presentar también hojas compuestas, especialmente los individuos jóvenes.
Florece a finales de la primavera o principios del verano, pequeñas flores verdes, poco llamativas, nectaríferas, que se agrupan en racimos opuestos a las hojas.
El fruto tipo baya aparece en otoño, son pequeñas uvas (no comestibles) de color azul oscuro de entre 5-10mm que persisten tras la caída de las hojas.
No es muy exigente en cuanto al suelo y el clima, por lo que resulta una especie bastante resistente, soporta temperaturas tanto altas como bajas (resiste heladas de hasta -15°C), prefiere suelos húmedos y bien drenados y con abundante aporte de materia orgánica. Tolera sol y sombra, aunque es la exposición al sol la que favorece la aparición de coloraciones vivas en otoño.
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Invasoras en Ramales 