Incendios forestales y especies invasoras

Incedio forestal TWITTER 112 CANTABRIA

Los incendios forestales en 2023 han sido un problema significativo en varios países. En España, en lo que va de año los incendios forestales han arrasado 88.000 hectáreas, según la estimación del Sistema de Información Europeo de Incendios Forestales (EFFIS). Durante la primera mitad de 2023, se registraron 15 grandes incendios forestales en España, triplicando la media de la última década para ese período.

Los incendios forestales pueden tener un impacto significativo en la propagación y establecimiento de especies invasoras en los ecosistemas. Aunque los incendios son un componente natural de muchos ecosistemas y pueden desencadenar procesos de renovación, también pueden crear condiciones propicias para la introducción y proliferación de especies invasoras. Aquí hay algunos efectos clave de los incendios forestales en relación con las especies invasoras:

  • Creación de hábitats perturbados: Los incendios forestales pueden destruir la vegetación nativa y alterar drásticamente el paisaje. Esto crea hábitats abiertos y perturbados que pueden ser colonizados rápidamente por especies invasoras.
  • Competencia reducida: Las especies invasoras a menudo son más resistentes y capaces de crecer rápidamente en comparación con las especies nativas. Después de un incendio, las especies nativas pueden tardar tiempo en regresar y establecerse, lo que brinda a las invasoras una ventaja competitiva.
  • Alteración de suelos: Los incendios pueden alterar las propiedades físicas y químicas del suelo, lo que a su vez puede favorecer a las especies invasoras que tienen una mayor tolerancia a estos cambios.
  • Aumento de la disponibilidad de recursos: Los incendios liberan nutrientes en el suelo y abren espacios para la luz solar, lo que puede aumentar la disponibilidad de recursos para las especies invasoras. Estas especies a menudo se benefician de estos cambios en las condiciones del suelo y pueden crecer más rápido que las plantas nativas.
  • Transporte de semillas y propagación: Los incendios pueden dispersar las semillas de las especies invasoras a través de corrientes de aire y el calor del fuego. Las semillas pueden ser llevadas a nuevas áreas que previamente no estaban colonizadas por estas especies.
  • Regeneración de invasoras: Algunas especies invasoras han evolucionado para prosperar después de incendios. Pueden ser resistentes al fuego o tener mecanismos de regeneración que les permiten recuperarse rápidamente después del evento.
  • Cambio en el equilibrio ecológico: Los incendios pueden alterar el equilibrio ecológico en los ecosistemas, lo que puede favorecer la expansión de especies invasoras que perturban aún más el ecosistema.

Los incendios forestales pueden crear condiciones propicias para la propagación de especies invasoras al alterar el entorno y crear oportunidades para su establecimiento y expansión.

Para mitigar los efectos negativos de las especies invasoras después de un incendio forestal, es importante tomar medidas de manejo adecuadas, como la restauración y revegetación de áreas quemadas con especies nativas, la implementación de prácticas de manejo de incendios que minimicen la propagación de invasoras y la educación pública sobre cómo evitar la introducción y propagación de estas especies en áreas quemadas.

En general, el manejo integrado que combine la prevención de incendios, la restauración de hábitats y la gestión de especies invasoras es esencial para mantener la salud y la resiliencia de los ecosistemas después de los incendios forestales.

Especies invasoras y educación ambiental

La educación ambiental es un proceso de enseñanza y aprendizaje que tiene como objetivo aumentar la conciencia y el conocimiento de las personas sobre los problemas ambientales y promover actitudes y comportamientos más responsables y sostenibles hacia el medio ambiente. Uno de los temas importantes dentro de la educación ambiental es la concienciación sobre las especies invasoras.

Una especie invasora no es lo mismo que una especie exótica. Lo habitual es que una especie invasora sea siempre también exótica, pero no todas las especies exóticas tienen por qué ser invasoras.

Una especie exótica o alóctona es aquella que sobrevive o se reproduce fuera de su área de distribución natural y de su área potencial de dispersión por la introducción directa o indirecta, o el cuidado de los seres humanos. Mientras que una especie invasoras es aquella que es introducida en un nuevo entorno fuera de su área de distribución natural y que causa daños significativos al ecosistema, la biodiversidad y a menudo a la economía y la salud humana. Estas especies pueden desplazar a las especies nativas, alterar los ciclos naturales y afectar negativamente a los ecosistemas locales.

La educación ambiental desempeña un papel crucial en la prevención y manejo de las especies invasoras.  La educación ambiental en relación a las especies invasoras se centra en:

  • Concienciación y Sensibilización: La educación ambiental busca informar a las personas sobre los riesgos asociados con las especies invasoras y su impacto en los ecosistemas. Esto puede incluir la difusión de información sobre especies invasoras específicas, cómo identificarlas y cómo prevenir su introducción mediante charlas, talleres, campañas en medios de comunicación y actividades escolares.

  • Prevención: La educación ambiental fomenta comportamientos responsables para evitar la propagación de especies invasoras. Esto puede implicar concienciar sobre la importancia de no liberar animales o plantas exóticas en la naturaleza y de no transportar especies invasoras en embarcaciones, equipaje u otros medios de transporte.

  • Identificación y detección temprana: Ayudar a las personas a reconocer las especies invasoras y distinguirlas de las especies nativas, es crucial para prevenir su propagación. La educación ambiental puede ayudar a las personas a reconocer las especies invasoras en sus etapas iniciales de establecimiento. Cuanto antes se detecte una especie invasora, más fácil será tomar medidas para su control y erradicación.

  • Participación: Fomentar la participación ciudadana en la detección y manejo de especies invasoras. Las comunidades locales pueden desempeñar un papel importante en la detección temprana y el control de estas especies. Esto puede incluir la organización de jornadas de limpieza, seguimiento de poblaciones de especies invasoras y otras actividades prácticas.

  • Control: Informar sobre estrategias de manejo y control de especies invasoras una vez que están establecidas. Esto puede incluir métodos químicos, biológicos y físicos para reducir su impacto.

En resumen, la educación ambiental desempeña un papel esencial en la prevención y gestión de las especies invasoras. Algunas iniciativas de educación ambiental se centran en enseñar a identificar y reportar especies invasoras, así como en promover prácticas sostenibles para evitar su dispersión. Estos programas pueden incluir actividades educativas en aulas, campamentos, áreas protegidas y otras áreas naturales. Al aumentar la conciencia y promover acciones responsables, se puede contribuir a la conservación de la biodiversidad y la salud de los ecosistemas.

Madreselva trepando por un plumero

Eliminar invasoras de nuestros jardines VI.

El arbusto de las mariposas, Buddleja davidii, trata «regulinchi» a las mariposas.

Siempre que vamos a comenzar una nueva entrada sobre la eliminación de invasoras echamos un vistazo por la red a ver qué es lo que se cuenta, es bastante desalentador porque la mayor parte de las páginas nos ofrecen #truquis para mantener bonitas y vigorosas esas EEI (como si necesitaran ayuda…).

Es muy llamativa la enorme cantidad de páginas dedicadas a la jardinería en la que se promueve el uso de especies invasoras y se cuestionan los motivos por los que se consideran invasoras, es bastante descorazonador. Aún a riesgo de resultar pesados, os insistimos, la calificación de una especie exótica como invasora no es un capricho ni una manía personal, responde a estrictos criterios que nada tienen que ver con cuestiones estéticas.

Y en esta ocasión, vamos a hablar de una especie muy común en los jardines y que, debido a la gran cantidad de polinizadores que atrae, los jardineros desinformados consideran sumamente beneficiosa (sic) y, antes de indicaros cómo debéis actuar para eliminarla de vuestros jardines, queremos aclarar esto.

La Budleya, Buddleja davidii, también llamada arbusto de las mariposas, es cierto, atrae una enorme cantidad de polinizadores con sus flores.

Red admiral butterfly (Vanessa atalanta) visiting butterfly bush Buddleja by Karen_hine lic. CC Public Domain on Flickr

Mariposas, abejas y otros insectos zumban alrededor de este arbusto sin descanso, pero esto no es más que un arma de doble filo. Los insectos, que se sienten irremediablemente atraídos por sus flores, dejan de acudir a otras flores, las nativas, con las que la invasora compite por el espacio, los nutrientes y el agua. De esta forma, los polinizadores no hacen su trabajo en la flora autóctona y su reproducción se ve disminuida, motivo que aprovecha la invasora para hacerse más fuerte. Y este no es el único efecto colateral, muchas de estas especies que acuden a la embriagadora llamada de las flores del llamado arbusto de las mariposas necesitan que sus larvas se alimenten de aquellas plantas de flora nativa que no han polinizado y son incapaces de alimentarse de las hojas de la Buddleya, en consecuencia, las orugas de todas esas mariposas, incapaces de alimentarse, no completan su ciclo vital, no llegan a ser mariposas adultas y por lo tanto se produce un peligroso declive en la población de polinizadores. ¿Te sigue pareciendo un idílico arbusto para las mariposas de tu jardín? Bien, pues vamos a ponernos manos a la obra para eliminarla.

Y, como siempre sucede cuando tratamos de eliminar una especie exótica invasora, va a presentar batalla. El arbusto de las mariposas además de generar muchísimas semillas (con lo que el suelo de nuestro jardín tendrá un banco de semillas que nos va a tener ocupados retirando brotes unos años), es capaz de reproducirse a través de estolones, acodos, brotes de la raíz y esquejes procedentes de fragmentos de tallos jóvenes, trae todo el pack de estrategias reproductivas para complicarnos la existencia así que no desesperes, te indicamos cuál es la mejor forma de atacar.

Es importante la época del año, esta especie fructifica a finales de verano y principios de otoño por lo que, si queremos evitar que produzca más semillas, debemos empezar antes de que llegue esta época. Por otro lado, si tienes dudas sobre la identificación, durante el verano las hojas y flores lucen en todo su esplendor para identificarla sin problemas. Si la tienes en tu jardín, ahora (en junio) es el mejor momento, no lo dejes para más adelante.

Lo primero que vamos a hacer es despejar el área de trabajo, eliminaremos toda la parte aérea, ramas y tallos, para dejar a la vista la cepa principal (y alguna cepa secundaria que nos haya podido pasar desapercibida), todos esos tallos, principalmente los más jóvenes, que retiramos, pueden arraigar así que lo mejor que podemos hacer es meterlas en una bolsa que podamos dejar cerrada. Con el compostaje corremos el riesgo de que puedan sobrevivir, lo más recomendable es llevarlo al punto limpio, aunque las ramas más gruesas y leñosas te pueden servir como leña para la chimenea (no generan mucho calor, pero son ramas finas que ayudan al inicio).

Una vez que tenemos el tronco principal localizado y despejado debemos tratar de hacer palanca con una azada o una pala para eliminarlo con la raíz. La Budleya tiene unas raíces bastante superficiales, si la tierra esta húmeda podrás levantar con relativa facilidad la mayor parte de la raíz, después habrá que buscar fragmentos que hayan podido quedar (sobre todo, si hay alguna piedra grande bajo la que pueda haber quedado atrapado algún trozo) porque tienen la fastidiosa costumbre de rebrotar desde la raíz.

Recuerda que en la tierra de la zona donde estaba el arbusto que hemos retirado es probable que queden semillas que pueden germinar en los próximos años, procura no mover tierra de ese punto y vigila los brotes anualmente para retirarlos cuanto antes, el arbusto de las mariposas es capaz de producir semillas ya en su primer año de vida, no se lo permitas.

Es importante que sepas que, si no tienes pensado eliminarla de raíz, no debes tratar de reducir el problema podando el arbusto de forma radical, de esta forma solo agravarás el problema puesto que la poda estimula el rebrote, saldrá con más fuerza y te resultara mucho más difícil eliminarla posteriormente. Si quieres reducir los problemas hasta que puedas eliminarla, quita los racimos de flores antes de que empiecen a marchitarse para evitar que las semillas maduren.

Y, como siempre te recomendamos, no dejes el suelo desnudo, plantar otras especies te ayudará a luchar contra los rebrotes y hará que tu jardín luzca igual de bonito. En esta ocasión, te sugerimos como alternativa otros arbustos, cualquier tipo de rosal, Rosa spp, que va a ofrecer el mismo porte con vistosas y aromáticas floraciones, incluso la Rosa canina, autóctona, es un espectáculo en plena floración y sus frutos, los escaramujos, de un intenso color rojo, aportarán color a tu jardín en otoño. Si no eres amigo de los arbustos espinosos, tu alternativa es el lilo común, Syringa vulgaris, que para el ojo inexperto es muy similar al eliminado, apenas notarás la diferencia y la salud de tu jardín lo agradecerá.

Para descargar esta ficha, pulsa aquí.

Para saber más sobre esta especie, te invitamos a visitar la entrada que le dedicamos aquí y descargar la ficha de la especie aquí.

Floristas, paisajistas, viveristas ¡¡Os necesitamos en nuestro equipo!!

La necesidad de contar con profesionales formados e informados.

Recientemente hemos tenido una polémica en redes por un hotel que publicitaba imágenes de bodas con plumero de la pampa: al recriminarles su uso (ilegal por el RD 630/2013), nos respondieron que eran plumeros tratados, por lo que no resultaban invasores, y que ellos eran ecofriendly.

Esta anécdota nos ha dado que pensar. ¿Qué estamos haciendo mal en la divulgación de estos temas? Porque es inconcebible que, en Cantabria, con el enorme problema que supone el plumero, que salta a la vista allá donde vayas, una novia pueda considerar mínimamente estético emplearlo para las imágenes de su boda. Pero, claro, es difícil escapar de la influencia que ejercen las redes sociales y se guían por lo que ven de bodas de gente conocida o de influencers y así nos luce el pelo.

Esta es una búsqueda rápida de Google buscando imágenes para “bodas” y “photocall bodas”. Hemos dudado si acreditar las imágenes porque, en este caso, puede ser considerado más un ataque a una empresa que una falta de respeto a la autoría de las imágenes, no queremos lanzar hordas de trolls, queremos generar conciencia.

No pensábamos que fuera necesario decirlo, pero necesitamos, con urgencia, que los floristas, paisajistas, viveristas y, si me apuras, los wedding planners, los hoteles y los fotógrafos, tomen conciencia de la necesidad de unirse a esta pelea. No cabe en la cabeza que, una década después de que se declare ilegal la venta de determinadas especies, aún haya profesionales que lo desconozcan (porque queremos pensar que es desconocimiento y no irresponsabilidad) y que promuevan su uso, y no, no vale lo de “es que queda tan bonito”, hay infinidad de especies de flora autóctonas infinitamente más bonitas que seguirán dando el aspecto boho chic que buscan y que, en fotografía, resultan mucho más vistosas que los plumeros.

Y no entendemos lo de “es que el cliente pide”, porque si aparece una novia que quiere desfilar y posar entre plantas de marihuana, ningún florista ni ningún hotel le va a dar el capricho.

Excusarse buscando alternativas no dañinas de las mismas plantas no es más que greenwashing. Buscar una alternativa legal no lo convierte en una alternativa ética, y unicamente maquilla la gravedad de un problema ambiental muy serio.

Es lógico que quien tiene un negocio relacionado con flores y plantas esté al tanto de la legislación vigente y conozca alternativas. No entendemos que en el paisajismo se continúen empleando especies que se han demostrado tan dañinas como el ailanto, el bambú, el rabo de gato o el plumero. Dañinas no solo a nivel ecológico, puesto que muchas de estas plantas producen importantes problemas en las infraestructuras cercanas con sus raíces, o provocan reacciones alérgicas, por mencionar solo dos ejemplos de los diversos impactos que tienen.

Y esto no sucede únicamente a nivel privado, donde las autoridades no tienen competencias. Son numerosos los parques y espacios públicos donde se plantan especies exóticas invasoras contempladas por los catálogos autonómicos o estatales, lo que constituye un grave problema y un pésimo ejemplo.

Conocer y reconocer las especies exóticas invasoras está al alcance de todos y, hoy en día, existen numerosas aplicaciones móviles que nos permiten resolver las dudas. La búsqueda de alternativas sostenibles, pero sostenibles de verdad, no de postureo, especies autóctonas que crecen en suelos similares y que ofrecen el mismo tipo de ornamento en cuanto a cobertura o floración, puede ser un reto enriquecedor para el verdadero apasionado de su profesión. Tratar de hacer ver a un cliente cuál es una alternativa mejor forma parte de la labor de cualquier profesional, y, en este caso, contribuiría de forma decisiva al esfuerzo global de contención de especies exóticas invasoras del que formamos parte.

Existen, por supuesto, muchos profesionales que están en ello y nos consta, pero el desentendimiento también es una práctica lo suficientemente habitual como para que nos llame la atención. Es triste que la única solución pase por la vía punitiva; el año pasado, una florista nos comentaba que en algunas bodas se había comenzado a multar a los floristas, y un compañero se había llevado una de 3.000 euros por utilizar plumero en una boda. No debería ser necesario llegar a este extremo.

Es difícil pelear contra grandes empresas que venden por internet y hacen envíos desde países donde el comercio de determinadas semillas o plantas es legal. Es mucho más sencillo que el comercio local, las empresas sostenibles, las que ofrecen atención humana sean también ejemplos de conciencia y profesionalidad y, sí, ser profesional pasa por conocer qué se puede y qué no se puede vender, recomendar alternativas y asesorar correctamente.

Queremos pensar que son unos pocos que llaman mucho la atención, pero sospechamos que, por pocos que sean, son demasiados, y, para tratar de paliarlo, somos muchos los dispuestos a ofrecer ayuda para informar o resolver dudas. Si tienes alguna duda o consulta, seas o no un profesional, escríbenos, al correo electrónico, a través de las redes o ven a vernos, para nosotros resolver dudas es una satisfacción y una inversión de futuro, para ti, si te dedicas profesionalmente a estos temas, es una formación de utilidad, un crecimiento personal y un regalo a las futuras generaciones.

Eliminar invasoras de nuestros jardines V.

El enredo de la hiedra alemana. (Senecio mikanioides = Delairea odorata)

Una de las plantas exóticas invasoras que vemos extendida por el medio natural en Ramales procedente, sin duda, del abandono de restos de poda, es la hiedra alemana o hiedra del Cabo, una especie originaria de Sudáfrica, muy decorativa (además de aromática) y que nos produce serios quebraderos de cabeza. No solo es un problema para el ecosistema, sino que también contiene alcaloides tóxicos que dañan a los organismos acuáticos (recordemos que el río Asón en Ramales es una Zona de Especial Conservación de la Red Natura 2000) y que son hepatotóxicos (dañan el hígado) y acumulativos para el resto de fauna, incluidas las personas.

Foco naturalizado de hiedra alemana creciendo junto al río Carranza a la altura del puente entre Riancho y Gibaja. Archivo Invasoras en Ramales.

Es, como todas las invasoras, una planta que nos va a dar mucho trabajo eliminar, y, sin duda, va a rebrotar un par de veces, por lo menos, antes de que podamos darla por erradicada. Quien la tenga en su jardín ya ha descubierto cuales son los problemas que genera; va trepando, enredando otras plantas y las ahoga a todas. Su crecimiento es muy vigoroso y, en consecuencia, tapa la luz al resto de especies impidiendo que realicen la fotosíntesis bien, las va debilitando hasta que se queda sin competencia y lo denso de su maraña impide que germine ninguna otra semilla en el suelo en el que crece.

Muchas veces, el problema lo provocamos nosotros mismos al no saber cómo se puede reproducir. Por ahorrar tiempo, pasas la desbrozadora o arrancas de mala manera sin saber que esos fragmentos de tallo arraigan fácilmente en el suelo húmedo y generan nuevos focos que nos multiplican los problemas. Por descontado, esta es la razón por la que no te recomendamos compostar los restos de esta especie.

También se reproduce por estolones, que son unos tallos que crecen horizontalmente (paralelos al suelo) y van arraigando, como sucede en las fresas. Las semillas rara vez son fértiles, pero tampoco debemos confiarnos.

Cuando decidamos ponernos manos a la obra, lo primero va a ser retirar toda esa parte aérea, las ramas (que pueden alcanzar hasta 7 metros de longitud), tallos y tallitos enredados por todas partes. Es muy tedioso, pero cuanto más cuidadosos seamos con esta parte, menor probabilidad habrá de que algún fragmento perdido arraigue.

Una vez despejada el área de trabajo, debemos buscar las raíces. Como siempre te recordamos, la tierra húmeda te facilitará la labor, y la delicadeza te ahorrará trabajo a la larga: escarbar con cuidado para extraer las raíces te evitará rebrotes.

Lo mejor que puedes hacer con toda esa masa vegetal que vas a sacar es llevarla en una bolsa cerrada al punto limpio para que la gestionen adecuadamente, siempre indicando que se trata de una especie exótica invasora, no la vayan a compostar.

Es también muy importante tener preparado algo que podamos sembrar en el suelo desnudo que queda para evitar la erosión y competir con los rebrotes. Hay multitud de opciones sostenibles, una de ellas la mencionábamos en la anterior entrada; la madreselva de bosque autóctona, Lonicera periclymenum, trepadora, aromática y muy vistosa. A nosotros, personalmente, nos gusta muchísimo la hiedra, Hedera helix, autóctona, con unas hojas muy vistosas y que cumple la misma función ornamental que la invasora sin producir problemas.

Hedera helix, hiedra, autóctona. Archivo Invasoras en Ramales

Para descargarte la ficha, pulsa aquí

Si quieres leer la entrada que le dedicamos a la especie pulsa aquí

para descargar la ficha de la especie, pulsa aquí

Existe mucha información. Aquí, por ejemplo, te dejamos la entrada que le dedicaron en un blog que nos gusta y te recomendamos https://floradegalicia.wordpress.com/2018/07/14/delairea-odorata/

 O también  http://invasionesbiologicas.blogspot.com/2019/01/delairea-odorata-una-enredadera.html

Imagen principal: Delairea odorata by Forest and Kim Starr lic. CC BY 2.0 on Flickr

Eliminar invasoras de nuestro jardín IV.

Enredando con la madreselva japonesa (Lonicera japonica)

Una de las especies que vemos con demasiada frecuencia naturalizada en nuestras salidas de campo es la madreselva japonesa, Lonicera japonica, que está invadiendo muchas áreas y resulta muy dañina puesto que, a diferencia de la autóctona (Lonicera periclymenum), es capaz de ahogar a los árboles y arbustos sobre los que crece. En los últimos años, la comunidad científica considera probable que emita sustancias alelopáticas, unas sustancias que impiden el crecimiento a las plantas cercanas.

El principal motivo de su utilización es el delicioso aroma que desprenden sus numerosas flores. Sus semillas son propagadas por las aves y otros animales, haciendo que puedan llegar a casi cualquier sitio. Se ha utilizado por su crecimiento vigoroso, varios metros en un año, pero lo que se cree ventaja pronto se muestra como riesgo y, cuando necesitamos eliminarla, se vuelve en nuestra contra.

Foco naturalizado de Lonicera japonica en Gibaja.

Como sucede con otras invasoras, tiene unas raíces persistentes de esas que, cuando crees que has conseguido erradicarla de tu jardín, asoman de nuevo y te desesperan, y de las que, si te dejas un trocito despistado, generan un nuevo foco.  Como siempre, también, te recordamos que el arma más importante en la lucha contra las invasoras es la paciencia y la persistencia, ellas son cabezotas; nosotros, más.

Para controlar la planta, hay que eliminar, primero, toda la parte aérea, lo que no es tarea fácil, porque al tratarse de una enredadera nos va a costar un ratito largo “desenredarla”. Una vez eliminados todos los tallos y lianas, hay que tratar de eliminar el tocón principal, que se suele pulverizar con un herbicida. Sabéis lo que opinamos de los herbicidas: se deben evitar siempre que sea posible y, en caso de utilizarlos, se debe hacer de forma muy focalizada, tratando de evitar que alcancen nada más allá de la especie que deseamos tratar (y, aun así, llegará al suelo. En la naturaleza todo está conectado).

Recuerda que, si te dedicas a meter azada sin control, estas multiplicando las raíces y empeorando la situación. Extraer las raíces debe ser una labor delicada para no empeorar el problema. Te recomendamos que esta tarea la lleves a cabo con la tierra húmeda, lo que facilitará la labor, y que emplees una herramienta que te ayude a hacer palanca (una horquilla, por ejemplo).

Tras esta primera operación, habrá que estar pendiente de los rebrotes provenientes de raíces y del banco de semillas para eliminarlos cuanto antes.

La gestión de los restos vegetales tampoco es sencilla, puesto que esta especie genera mucha biomasa y no es compostable, los tallos pueden enraizar con facilidad, las raíces generar nuevos brotes, los frutos tienen semillas…

detalle de la rama de Lonicera japonica (archivo InvasorasenRamales)

No recomendamos las quemas domésticas, menos aún con sequía. Los restos de esta especie se deben llevar para su “valorización energética” al punto limpio, que es una forma bonita de decir que lo van a quemar en un lugar con condiciones de seguridad, y que aprovecharán el calor generado para su transformación en energía.

Alternativas para tu jardín:

La más evidente es la madreselva de bosque, Lonicera periclymenum, autóctona, con un aroma menos intenso que la invasora, pero con un aspecto tan similar que incluso a nosotros nos cuesta distinguirla. El olor es menos intenso, pero la capacidad de trepar y cubrirlo todo y su aspecto son tan parecidos que te retamos a diferenciarlas. Apenas notarás la diferencia, y el resto de tu jardín se verá beneficiado.

Fuente: Lonicera periclymenum by Joan Simon lic CC BY-SA 2.0 on Flickr

También puedes optar por el género Clematis, las clemátides. Nosotros te recomendamos la especie autóctona Clematis vitalba, que no te va a provocar ningún problema, pero hay especies con floraciones aún más llamativas si es lo que estas buscando.

Un último consejo, por si no sabes si lo que tienes en el jardín es la madreselva japonesa o la de bosque. Para diferenciarlas, te damos dos claves:

– Madreselva japonesa, invasora, flores EN PAREJAS y frutos maduros NEGROS.

– Madreselva de bosque, autóctona, flores EN RAMILLETES (varias flores, surgiendo del mismo punto) y frutos maduros ROJOS.

Para descargar la ficha, pulsa aquí.

Para saber más sobre esta especie puedes leer aquí la entrada que le dedicamos y descargarte la ficha de la especie aquí .

No solemos recordártelo, pero ya sabes que aquí tienes el acceso al mapa de Google en el que puedes ver las localizaciones de las distintas EEI en Ramales, entre ellas, por supuesto, la madreselva japonesa.

Eliminar invasoras del jardín.

Un ejemplo práctico con Tradescantia fluminensis.

Si hay algo que nos anima a seguir adelante son las consultas y las fotos que nos hacéis llegar, saber que algunos identificáis las invasoras que tenéis en casa e iniciáis el proceso, nada fácil, de erradicación de la que, en adelante calificareis como “dichosa plantita”. En efecto, una vez que nos damos cuenta de que tenemos una intrusa y tomamos la decisión de eliminarla lo primero que vamos a necesitar es armarnos de paciencia porque son persistentes y, cuando parece que ya hemos acabado con ellas, aparece un brotecito.

Una vez que sabemos que vamos a tener que insistir es importante saber cómo para no gastar energías tontamente, es decir, conocer el ciclo de la planta y como se reproduce para atacar cuando más efectivos podamos ser. Debemos conocer como se reproduce esa planta en concreto y conocer si debemos tomarnos el trabajo de eliminar todos los trozos de raíz que encontremos, o buscar bulbos, o saber que hay un “banco de semillas” en la tierra que durante unos años requerirá nuestra atención.

De esta manera, uno de nuestros lectores se ha animado a eliminar la Tradescantia fluminensis, llamada popularmente amor de hombre u oreja de gato, de su jardín y ha compartido con nosotros su experiencia y, con ello, nos ha dado una idea ¿Por qué no facilitaros cómo debéis actuar en vuestro jardín con las especies invasoras más habituales en los jardines de Ramales? Y nos hemos puesto manos a la obra con una nueva estrategia en forma de fichas descargables, empezando con la omnipresente Tradescantia fluminensis.

Nuestro concienciado lector tiene un jardín que mima y del que presume y algo le hizo sospechar que aquella planta que cubría un rincón sombrío del jardín no era “trigo limpio”; siempre os lo decimos, cuando un esquejito desconocido llega con fama de “qué bien cubre, no salen malas hierbas, no da trabajo” se nos deberían encender las alarmas porque tiene toda la pinta de que es una especie invasora, y esto es lo que pasa con la Tradescantia, a partir de un trocito de tallo diminuto y sin apenas esfuerzo, la planta “agarra”, surgen raíces y en unos meses está vistosa, en unos años se hace la dueña y señora del lugar en el que la hemos plantado.

A la tradescantia le gustan los lugares frescos y húmedos, a cubierto de heladas y de la insolación excesiva, pero no le hace ascos a nada, y se expande con enorme velocidad tapizando el suelo e impidiendo que crezca cualquier otra especie, se propaga, fundamentalmente, por tallos enraizantes que se fragmentan y dispersan muy fácilmente, es decir, a partir de un único nudo del tallo pueden surgir raíces que dan lugar a un nuevo ejemplar, así que, pequeños trozos arrastrados por el agua o el viento, pueden arraigar sin que nos percatemos de ello. Es por esta facilidad de propagación, por lo que debemos tener un especial cuidado de NO DESBROZAR NUNCA en zonas con Tradescantia porque, lejos de eliminarla, generamos un montón de fragmentos que facilitan su propagación.

Dependiendo de las características de nuestro jardín, puede suceder que en unos años, no encontremos césped sino una alfombra de Tradescantia que no hay manera de eliminar, y es entonces cuando no queda otro remedio que, rodilla en tierra, proceder al “desahucio” de la Tradescantia de nuestro jardín.

Debemos conocer, para su eliminación, que tiene un parón en su crecimiento durante el invierno y un desarrollo muy rápido en primavera y verano por lo que, si comenzamos a eliminarla en otoño-invierno, no debemos confiar en que la hemos eliminado completamente, probablemente, algún resto espera pacientemente en tierra la llegada de la primavera. Por el contrario, si realizamos la eliminación en primavera-verano puede parecernos que no avanzamos pues, a las pocas semanas de “darnos la paliza”, aparecen nuevos brotes.

Esto, además, se complica, como en el caso de nuestro “jardinero concienciado”, cuando tenemos muros, piedras y recovecos donde no es tan fácil escarbar y sacar todos los restos, necesitaremos una dosis extra de paciencia. Así, nos cuenta  que se puso manos a la obra en un proceso de “Eliminación a base de arrancar a mano, teniendo mucho cuidado de no dejar ningún resto y escarbando para intentar arrancar de raíz, operación realizada  en dos ocasiones, agosto del 2022 y febrero del 2023, y supongo casi fijo, que después de primavera habrá que repetir la operación.
Posteriormente, trasladado el material recogido en una bolsa cerrada, al punto limpio de Guardamino.”

Y transcribimos sus palabras porque lo ha hecho de maravilla, con el método, la meticulosidad, la paciencia y la gestión de los residuos, que ya sabéis que es muy importante, la Tradescantia, a la que tanto le gusta la sombra y el cobijo, es muy capaz de brotar dentro de la compostadora en la que solemos depositar los restos de las podas del jardín así que, los restos de su eliminación deben ir, en bolsa cerrada, al punto limpio, donde indicaremos que son restos de especies invasoras que no se pueden compostar. También podemos dejarlos dentro de esas bolsas, opacas, hasta su completa pudrición, y, cuando estemos seguros de que no quedan restos que puedan brotar, entonces sí se pueden añadir al compostaje pero SOLO CUANDO ESTAMOS SEGUROS DE ELLO (sí, sabemos que es un engorro tener esas bolsas con restos pudriéndose durante varios meses).

Otra opción es el cubrimiento, con plásticos opacos, enterrando los bordes para que no haya posibilidad de que entre luz por ningún recoveco ni se mueva, cubrir el área donde está la invasión durante, al menos, 18 meses; pero es una opción “fea” para quienes disfrutáis de vuestro jardín.

Para quienes gustáis de utilizar herbicidas, os advertimos que se ha demostrado empíricamente una baja efectividad de los distintos herbicidas (un máximo de un 50%) y sí una elevada afección al resto de plantas del área, además de su persistencia en el medio que resulta muy arriesgada sobre todo para quienes, además de un jardín, disfrutan de un huerto. En resumen, no funcionan, son caros, causan más problemas que beneficios.

El ganado y las gallinas comen esta especie pero dañan el terreno con las pisadas y pueden provocar expansiones involuntarias, podéis darles los restos vegetales pero controlando mucho que no quede ningún resto que genere un nuevo foco, es arriesgado.

Y siempre, siempre, revegetar, plantar otras especies que, compitiendo, van a ponerle difícil el regreso a la invasora. Os ofrecemos alternativas que también tapizan y son vistosas y sostenibles y te presentamos imágenes en galeria para que elijas:

La vinca menor o vinca pervinca (Vinca minor) autóctona y amenazada por el uso en jardinería de especies del mismo género que la desplazan, el hipérico rastrero (Hypericum calycinum) con una floración amarilla espectacular; el serpol  (Thymus serpyllum) un tipo de tomillo que resulta vistoso y aromático; la canastilla de plata (Cerastium tomentosum) de floración abundante en color blanco y, por ultimo, una especie autóctona que cada vez es más difícil de encontrar en nuestros montes, la gayuba (Arctostaphylos uva-ursi ) con la que, además, contribuirías a su protección.

Que no sea por falta de ideas, os dejamos esta primera ficha y os invitamos, como siempre, a que nos contéis vuestras experiencias y dudas. Y, por supuesto, ¡gracias, Germán, por el esfuerzo y por la idea!

Para ver la ficha completa, pulse aquí.

Si quieres saber más sobre esta especie pulsa aquí para leer la entrada que le dedicamos y aquí para descargar la ficha de la especie.

Imágenes galería:

Arctostaphylos uva-ursi, Pinemat manzanita by Brewbooks lic. by CC BY-SA 2.0 on Flickr

Cerastium tomentosum, Dr. Alexey Yakovlev lic. by CC BY-SA 2.0 on Flickr

Thymus serpyllum, Andreas Rockstein lic. by CC BY-SA 2.0 on Flickr

Hypericum calycinum, Olive Titus lic. by CC BY 2.0 on Flickr

Vinca minor, Ivan Forsman lic. by CC BY 2.0 on Flickr

Google maps, esa herramienta que utilizamos todos.

Renovarse o morir

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Lo principal, en un proyecto como este, es facilitar información de una forma lo más accesible y cómoda para todos, porque estamos convencidos de que la mejor información es la que se comparte, así que tratamos de adaptarnos a las distintas formas de acceder a la información que la sociedad va popularizando, no es solo cuestión de lo que la tecnología ofrece, sino lo que el azar o la comodidad de acceso hace más popular. De esta forma, hemos detectado que la plataforma Carto no os resultaba del todo accesible, o su uso no resultaba tan intuitivo como otros sistemas, por lo que hemos subido nuestros datos a una aplicación con la que todos convivimos, Google maps. Ahora ya no hay excusa para comprobar, mientras paseamos, en nuestro móvil, sin necesidad de registrarse en ningún sitio o facilitar una cuenta de correo, cuáles son los focos de EEI registrados en Ramales, porque sucede que algunas personas nos comentan ¿has visto esta planta, o esta otra, que crece en este sitio? y, bueno, tenemos memoria, pero no tanta, y dudamos.

Tan sencillo como un click en este enlace mientras te das un paseo:

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y puedes ver dónde y cuándo hemos registrado invasoras en ese área, estamos, aún, cargando imágenes, tratamos de buscar imágenes del momento en que realizamos el registro. Solo tienes que pinchar en el punto que quieras ver para que aparezca el desplegable.

En la tabla que se abre puedes ver, no solo la imagen, sino también el nombre común, el nombre científico, la fecha y hora en la que se realizó el registro y algunas observaciones que anotamos.

Puedes, así, comparar con el estado actual; en algunos casos, estamos orgullosos de no encontrar la invasora en ese punto, en otros, lamentablemente, ahí sigue. En ocasiones, la foto es de una época del año en la que hay otro tipo de vegetación y cuesta verlas o, por el contrario, están en pleno esplendor. También es posible que haya una “nueva intrusa” que no hemos detectado, como siempre decimos, la entrada de una especie invasora facilita la llegada de otras.

Pero, facilitándote toda esta información, no solo queremos que veas cual es nuestro trabajo, queremos hacerte cómplice. Queremos facilitarte que conozcas esas especies invasoras que nos preocupan, porque sabemos, por experiencia, que no es lo mismo ver fotos que ver las plantas “in situ”. Poder tocarlas o apreciar su tamaño nos ayuda a reconocerlas mucho mejor cuando las vemos en otro sitio, y ahí empieza tu labor, mándanos tus descubrimientos, ponnos sobre la pista de nuevos focos o resuelve tus dudas, queremos interactuar con vosotros.

Sabemos que el enlace no es fácil de memorizar por eso lo hemos puesto a tu alcance en nuestras redes sociales (@invasoramales), en la web (www.ramalesnatural.org) y, aquí, en el blog.

Seguiremos subiendo fotos, ampliando información e incorporando las ideas que nos deis porque este es un proyecto en constante crecimiento y TÚ puedes darnos esa idea que andamos buscando. Gracias de antemano

Entrenando la mirada.

Reconocer invasoras no siempre es sencillo.

Si nos sigues en redes sociales (si no, ya estas tardando en buscarnos, @invasoramales) habrás visto que llevamos unas semanas publicando imágenes en las que te enseñamos a distinguir entre algunas especies invasoras y especies autóctonas que nos pueden llevar a error. Son detalles básicos, para ojos no entrenados, de plantas invasoras y plantas autóctonas que crecen en lugares próximos y que no deben ser confundidas, muchas veces, viéndolas juntas parece imposible confundirlas, es, cuando nos encontramos una sola de ellas, cuando nos entran las dudas.

También puedes considerar las alternativas autóctonas para tu jardín si es que cultivas alguna especie invasora y estás pensando en sustituirla.

Vamos a reunirlas en esta entrada:

Buddleja davidii vs Syringa vulgaris

Aunque, a pesar de que, en un primer golpe de vista, nos parezcan similares, con un racimo de flores moradas de intenso aroma, debemos prestar atención a la forma de las hojas, lanceoladas, con forma de lanza, y alargadas, las de la Buddleja (arbusto de las mariposas) y acorazonadas las de la Syringa (lilo común), una buena opción para sustituir el arbusto de las mariposas en un jardín.  

Fallopia japonica vs. Hypericum androsaemum

Cuando los brotes de bambú japonés, Fallopia japonica, comienzan a crecer pueden confundirse con los del hipérico de bosque, Hypericum androsaemum, una planta autóctona que debemos proteger, fíjate como las hojas de Fallopia japonica terminan en punta y están dispuestas de forma alterna mientras las de Hypericum androsaemum son redondeadas y dispuestas de forma pareada.

Lonicera japonica vs. Clematis vitalba enredaderas, trepadoras, la hoja de Lonicera japonica es más redondeada y con la nerviación menos marcada que Clematis vitalba. Una vez florecen, es aún más sencillo distinguirlas.

Lonicera japonica vs. Lonicera periclymenum ambas son madreselvas, del género Lonicera, lo que complica distinguirlas a primera vista, mientras la madreselva de bosque, Lonicera periclymenum, autóctona,  tiene las flores que brotan en ramillete, de color blanco o crema con matices rosas y frutos de color rojo; las flores de la invasora madreselva japonesa, Lonicera japonica, salen por parejas, son amarillas o blancas y sus frutos negros.

Senecio mikanioides vs. Hedera hélix, un par de hiedras que es fácil distinguir, la hiedra alemana, EEI, posee unas hojas de aspecto anguloso, que las hace parecer un polígono o una estrella, mientras la hiedra común, Hedera hélix, tiene unas hojas lobuladas y lustrosas de color verde oscuro con la nerviación en un tono más claro que la hace destacar.

Narcissus tazetta vs. Narcissus pseudonarcissus son dos especies de narcisos que crecen en condiciones similares por lo que la especie invasora (en Cantabria y la cornisa cantábrica) el narciso de ramillete, Narcissus tazetta, está desplazando y amenazando a la autóctona N. pseudonarcissus, el narciso de prado, cada día menos frecuente por lo que hemos de prestar especial atención en su conservación (sabemos que es muy bonito, si lo ves en tus paseos, por favor, no lo arranques). El narciso de manojo, invasora,  presenta un racimo de flores con pétalos soldados en una corona de color amarillo y rodeada de pétalos de color blanco. Por el contrario, el narciso autóctono, presenta una única flor de color amarillo, más o menos intenso, con los pétalos soldados formando un tubo y rodeado de tépalos de un color más pálido.

Zantedeschia aethiopica vs Arum italicum estas especies son difíciles de confundir en plena floración, las hermosas flores de la cala poco tienen que ver con las del Aro y los llamativos frutos del Aro, que reconocemos inmediatamente, no dejan lugar a equivoco, no obstante, a primera vista, sus hojas pueden llevarnos a error, debemos fijarnos en el peciolo, “el rabito de la hoja” que en la Zantedeschia es mucho más grueso y largo y la base de la hoja, más redondeada en la cala y acabada en punta en el Aro

Petasites fragans vs. Soldanella villosa si tienes la suerte de encontrar un ejemplar de Soldanella, una especie en peligro de extinción, puede que la forma de su hoja te haga dudar, para distinguirla de la sombrerera, debes fijarte en que la especie invasora tiene una hoja mas gruesa y pilosa (tiene una especie de pelusilla).

Erigeron karvinskianus vs. Bellis perennis a simple vista, es fácil confundir ambas especies porque tendemos a fijarnos en la flor, pero si nos fijamos en las hojas, las distinguimos fácilmente, las hojas de la chiribita están en la base y tienen forma de espátula, la invasora margarita cimarrona, tiene hojas lanceoladas a lo largo de todo el tallo.

Vespa velutina vs. Vespa cabro

Tenemos la idea equivocada de que si vemos una avispa de gran tamaño es la avispa asiática porque asociamos la idea de invasora con un tamaño mayor, pero el avispón europeo es autóctono y cumple una función en el ecosistema, ¡no lo mates!, para distinguirlos nos fijamos en el color, la avispa asiática es mucho más oscura, tiene el “torax” negro (su nombre completo es Vespa velutina nigrithorax), el avispón europeo, por el contrario, tiene un tono anaranjado.

Como ves, basta con prestar atención a algunos detalles para distinguir las especies invasoras de las que no lo son, y a ti ¿qué especies te hacen dudar?

Guía de invasiones biológicas en Ramales

Pues si, estamos decididos a preservar nuestro patrimonio natural desde todos los flancos posibles. Y eso incluye a las especies exóticas invasoras. La información es esencial, y por ello hemos publicado esta guía online sobre las principales EEI que tenemos en nuestro territorio.

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