Incendios forestales y especies invasoras

Incedio forestal TWITTER 112 CANTABRIA

Los incendios forestales en 2023 han sido un problema significativo en varios países. En España, en lo que va de año los incendios forestales han arrasado 88.000 hectáreas, según la estimación del Sistema de Información Europeo de Incendios Forestales (EFFIS). Durante la primera mitad de 2023, se registraron 15 grandes incendios forestales en España, triplicando la media de la última década para ese período.

Los incendios forestales pueden tener un impacto significativo en la propagación y establecimiento de especies invasoras en los ecosistemas. Aunque los incendios son un componente natural de muchos ecosistemas y pueden desencadenar procesos de renovación, también pueden crear condiciones propicias para la introducción y proliferación de especies invasoras. Aquí hay algunos efectos clave de los incendios forestales en relación con las especies invasoras:

  • Creación de hábitats perturbados: Los incendios forestales pueden destruir la vegetación nativa y alterar drásticamente el paisaje. Esto crea hábitats abiertos y perturbados que pueden ser colonizados rápidamente por especies invasoras.
  • Competencia reducida: Las especies invasoras a menudo son más resistentes y capaces de crecer rápidamente en comparación con las especies nativas. Después de un incendio, las especies nativas pueden tardar tiempo en regresar y establecerse, lo que brinda a las invasoras una ventaja competitiva.
  • Alteración de suelos: Los incendios pueden alterar las propiedades físicas y químicas del suelo, lo que a su vez puede favorecer a las especies invasoras que tienen una mayor tolerancia a estos cambios.
  • Aumento de la disponibilidad de recursos: Los incendios liberan nutrientes en el suelo y abren espacios para la luz solar, lo que puede aumentar la disponibilidad de recursos para las especies invasoras. Estas especies a menudo se benefician de estos cambios en las condiciones del suelo y pueden crecer más rápido que las plantas nativas.
  • Transporte de semillas y propagación: Los incendios pueden dispersar las semillas de las especies invasoras a través de corrientes de aire y el calor del fuego. Las semillas pueden ser llevadas a nuevas áreas que previamente no estaban colonizadas por estas especies.
  • Regeneración de invasoras: Algunas especies invasoras han evolucionado para prosperar después de incendios. Pueden ser resistentes al fuego o tener mecanismos de regeneración que les permiten recuperarse rápidamente después del evento.
  • Cambio en el equilibrio ecológico: Los incendios pueden alterar el equilibrio ecológico en los ecosistemas, lo que puede favorecer la expansión de especies invasoras que perturban aún más el ecosistema.

Los incendios forestales pueden crear condiciones propicias para la propagación de especies invasoras al alterar el entorno y crear oportunidades para su establecimiento y expansión.

Para mitigar los efectos negativos de las especies invasoras después de un incendio forestal, es importante tomar medidas de manejo adecuadas, como la restauración y revegetación de áreas quemadas con especies nativas, la implementación de prácticas de manejo de incendios que minimicen la propagación de invasoras y la educación pública sobre cómo evitar la introducción y propagación de estas especies en áreas quemadas.

En general, el manejo integrado que combine la prevención de incendios, la restauración de hábitats y la gestión de especies invasoras es esencial para mantener la salud y la resiliencia de los ecosistemas después de los incendios forestales.

Especies invasoras y educación ambiental

La educación ambiental es un proceso de enseñanza y aprendizaje que tiene como objetivo aumentar la conciencia y el conocimiento de las personas sobre los problemas ambientales y promover actitudes y comportamientos más responsables y sostenibles hacia el medio ambiente. Uno de los temas importantes dentro de la educación ambiental es la concienciación sobre las especies invasoras.

Una especie invasora no es lo mismo que una especie exótica. Lo habitual es que una especie invasora sea siempre también exótica, pero no todas las especies exóticas tienen por qué ser invasoras.

Una especie exótica o alóctona es aquella que sobrevive o se reproduce fuera de su área de distribución natural y de su área potencial de dispersión por la introducción directa o indirecta, o el cuidado de los seres humanos. Mientras que una especie invasoras es aquella que es introducida en un nuevo entorno fuera de su área de distribución natural y que causa daños significativos al ecosistema, la biodiversidad y a menudo a la economía y la salud humana. Estas especies pueden desplazar a las especies nativas, alterar los ciclos naturales y afectar negativamente a los ecosistemas locales.

La educación ambiental desempeña un papel crucial en la prevención y manejo de las especies invasoras.  La educación ambiental en relación a las especies invasoras se centra en:

  • Concienciación y Sensibilización: La educación ambiental busca informar a las personas sobre los riesgos asociados con las especies invasoras y su impacto en los ecosistemas. Esto puede incluir la difusión de información sobre especies invasoras específicas, cómo identificarlas y cómo prevenir su introducción mediante charlas, talleres, campañas en medios de comunicación y actividades escolares.

  • Prevención: La educación ambiental fomenta comportamientos responsables para evitar la propagación de especies invasoras. Esto puede implicar concienciar sobre la importancia de no liberar animales o plantas exóticas en la naturaleza y de no transportar especies invasoras en embarcaciones, equipaje u otros medios de transporte.

  • Identificación y detección temprana: Ayudar a las personas a reconocer las especies invasoras y distinguirlas de las especies nativas, es crucial para prevenir su propagación. La educación ambiental puede ayudar a las personas a reconocer las especies invasoras en sus etapas iniciales de establecimiento. Cuanto antes se detecte una especie invasora, más fácil será tomar medidas para su control y erradicación.

  • Participación: Fomentar la participación ciudadana en la detección y manejo de especies invasoras. Las comunidades locales pueden desempeñar un papel importante en la detección temprana y el control de estas especies. Esto puede incluir la organización de jornadas de limpieza, seguimiento de poblaciones de especies invasoras y otras actividades prácticas.

  • Control: Informar sobre estrategias de manejo y control de especies invasoras una vez que están establecidas. Esto puede incluir métodos químicos, biológicos y físicos para reducir su impacto.

En resumen, la educación ambiental desempeña un papel esencial en la prevención y gestión de las especies invasoras. Algunas iniciativas de educación ambiental se centran en enseñar a identificar y reportar especies invasoras, así como en promover prácticas sostenibles para evitar su dispersión. Estos programas pueden incluir actividades educativas en aulas, campamentos, áreas protegidas y otras áreas naturales. Al aumentar la conciencia y promover acciones responsables, se puede contribuir a la conservación de la biodiversidad y la salud de los ecosistemas.

Madreselva trepando por un plumero

Floristas, paisajistas, viveristas ¡¡Os necesitamos en nuestro equipo!!

La necesidad de contar con profesionales formados e informados.

Recientemente hemos tenido una polémica en redes por un hotel que publicitaba imágenes de bodas con plumero de la pampa: al recriminarles su uso (ilegal por el RD 630/2013), nos respondieron que eran plumeros tratados, por lo que no resultaban invasores, y que ellos eran ecofriendly.

Esta anécdota nos ha dado que pensar. ¿Qué estamos haciendo mal en la divulgación de estos temas? Porque es inconcebible que, en Cantabria, con el enorme problema que supone el plumero, que salta a la vista allá donde vayas, una novia pueda considerar mínimamente estético emplearlo para las imágenes de su boda. Pero, claro, es difícil escapar de la influencia que ejercen las redes sociales y se guían por lo que ven de bodas de gente conocida o de influencers y así nos luce el pelo.

Esta es una búsqueda rápida de Google buscando imágenes para “bodas” y “photocall bodas”. Hemos dudado si acreditar las imágenes porque, en este caso, puede ser considerado más un ataque a una empresa que una falta de respeto a la autoría de las imágenes, no queremos lanzar hordas de trolls, queremos generar conciencia.

No pensábamos que fuera necesario decirlo, pero necesitamos, con urgencia, que los floristas, paisajistas, viveristas y, si me apuras, los wedding planners, los hoteles y los fotógrafos, tomen conciencia de la necesidad de unirse a esta pelea. No cabe en la cabeza que, una década después de que se declare ilegal la venta de determinadas especies, aún haya profesionales que lo desconozcan (porque queremos pensar que es desconocimiento y no irresponsabilidad) y que promuevan su uso, y no, no vale lo de “es que queda tan bonito”, hay infinidad de especies de flora autóctonas infinitamente más bonitas que seguirán dando el aspecto boho chic que buscan y que, en fotografía, resultan mucho más vistosas que los plumeros.

Y no entendemos lo de “es que el cliente pide”, porque si aparece una novia que quiere desfilar y posar entre plantas de marihuana, ningún florista ni ningún hotel le va a dar el capricho.

Excusarse buscando alternativas no dañinas de las mismas plantas no es más que greenwashing. Buscar una alternativa legal no lo convierte en una alternativa ética, y unicamente maquilla la gravedad de un problema ambiental muy serio.

Es lógico que quien tiene un negocio relacionado con flores y plantas esté al tanto de la legislación vigente y conozca alternativas. No entendemos que en el paisajismo se continúen empleando especies que se han demostrado tan dañinas como el ailanto, el bambú, el rabo de gato o el plumero. Dañinas no solo a nivel ecológico, puesto que muchas de estas plantas producen importantes problemas en las infraestructuras cercanas con sus raíces, o provocan reacciones alérgicas, por mencionar solo dos ejemplos de los diversos impactos que tienen.

Y esto no sucede únicamente a nivel privado, donde las autoridades no tienen competencias. Son numerosos los parques y espacios públicos donde se plantan especies exóticas invasoras contempladas por los catálogos autonómicos o estatales, lo que constituye un grave problema y un pésimo ejemplo.

Conocer y reconocer las especies exóticas invasoras está al alcance de todos y, hoy en día, existen numerosas aplicaciones móviles que nos permiten resolver las dudas. La búsqueda de alternativas sostenibles, pero sostenibles de verdad, no de postureo, especies autóctonas que crecen en suelos similares y que ofrecen el mismo tipo de ornamento en cuanto a cobertura o floración, puede ser un reto enriquecedor para el verdadero apasionado de su profesión. Tratar de hacer ver a un cliente cuál es una alternativa mejor forma parte de la labor de cualquier profesional, y, en este caso, contribuiría de forma decisiva al esfuerzo global de contención de especies exóticas invasoras del que formamos parte.

Existen, por supuesto, muchos profesionales que están en ello y nos consta, pero el desentendimiento también es una práctica lo suficientemente habitual como para que nos llame la atención. Es triste que la única solución pase por la vía punitiva; el año pasado, una florista nos comentaba que en algunas bodas se había comenzado a multar a los floristas, y un compañero se había llevado una de 3.000 euros por utilizar plumero en una boda. No debería ser necesario llegar a este extremo.

Es difícil pelear contra grandes empresas que venden por internet y hacen envíos desde países donde el comercio de determinadas semillas o plantas es legal. Es mucho más sencillo que el comercio local, las empresas sostenibles, las que ofrecen atención humana sean también ejemplos de conciencia y profesionalidad y, sí, ser profesional pasa por conocer qué se puede y qué no se puede vender, recomendar alternativas y asesorar correctamente.

Queremos pensar que son unos pocos que llaman mucho la atención, pero sospechamos que, por pocos que sean, son demasiados, y, para tratar de paliarlo, somos muchos los dispuestos a ofrecer ayuda para informar o resolver dudas. Si tienes alguna duda o consulta, seas o no un profesional, escríbenos, al correo electrónico, a través de las redes o ven a vernos, para nosotros resolver dudas es una satisfacción y una inversión de futuro, para ti, si te dedicas profesionalmente a estos temas, es una formación de utilidad, un crecimiento personal y un regalo a las futuras generaciones.

Eliminar invasoras de nuestros jardines V.

El enredo de la hiedra alemana. (Senecio mikanioides = Delairea odorata)

Una de las plantas exóticas invasoras que vemos extendida por el medio natural en Ramales procedente, sin duda, del abandono de restos de poda, es la hiedra alemana o hiedra del Cabo, una especie originaria de Sudáfrica, muy decorativa (además de aromática) y que nos produce serios quebraderos de cabeza. No solo es un problema para el ecosistema, sino que también contiene alcaloides tóxicos que dañan a los organismos acuáticos (recordemos que el río Asón en Ramales es una Zona de Especial Conservación de la Red Natura 2000) y que son hepatotóxicos (dañan el hígado) y acumulativos para el resto de fauna, incluidas las personas.

Foco naturalizado de hiedra alemana creciendo junto al río Carranza a la altura del puente entre Riancho y Gibaja. Archivo Invasoras en Ramales.

Es, como todas las invasoras, una planta que nos va a dar mucho trabajo eliminar, y, sin duda, va a rebrotar un par de veces, por lo menos, antes de que podamos darla por erradicada. Quien la tenga en su jardín ya ha descubierto cuales son los problemas que genera; va trepando, enredando otras plantas y las ahoga a todas. Su crecimiento es muy vigoroso y, en consecuencia, tapa la luz al resto de especies impidiendo que realicen la fotosíntesis bien, las va debilitando hasta que se queda sin competencia y lo denso de su maraña impide que germine ninguna otra semilla en el suelo en el que crece.

Muchas veces, el problema lo provocamos nosotros mismos al no saber cómo se puede reproducir. Por ahorrar tiempo, pasas la desbrozadora o arrancas de mala manera sin saber que esos fragmentos de tallo arraigan fácilmente en el suelo húmedo y generan nuevos focos que nos multiplican los problemas. Por descontado, esta es la razón por la que no te recomendamos compostar los restos de esta especie.

También se reproduce por estolones, que son unos tallos que crecen horizontalmente (paralelos al suelo) y van arraigando, como sucede en las fresas. Las semillas rara vez son fértiles, pero tampoco debemos confiarnos.

Cuando decidamos ponernos manos a la obra, lo primero va a ser retirar toda esa parte aérea, las ramas (que pueden alcanzar hasta 7 metros de longitud), tallos y tallitos enredados por todas partes. Es muy tedioso, pero cuanto más cuidadosos seamos con esta parte, menor probabilidad habrá de que algún fragmento perdido arraigue.

Una vez despejada el área de trabajo, debemos buscar las raíces. Como siempre te recordamos, la tierra húmeda te facilitará la labor, y la delicadeza te ahorrará trabajo a la larga: escarbar con cuidado para extraer las raíces te evitará rebrotes.

Lo mejor que puedes hacer con toda esa masa vegetal que vas a sacar es llevarla en una bolsa cerrada al punto limpio para que la gestionen adecuadamente, siempre indicando que se trata de una especie exótica invasora, no la vayan a compostar.

Es también muy importante tener preparado algo que podamos sembrar en el suelo desnudo que queda para evitar la erosión y competir con los rebrotes. Hay multitud de opciones sostenibles, una de ellas la mencionábamos en la anterior entrada; la madreselva de bosque autóctona, Lonicera periclymenum, trepadora, aromática y muy vistosa. A nosotros, personalmente, nos gusta muchísimo la hiedra, Hedera helix, autóctona, con unas hojas muy vistosas y que cumple la misma función ornamental que la invasora sin producir problemas.

Hedera helix, hiedra, autóctona. Archivo Invasoras en Ramales

Para descargarte la ficha, pulsa aquí

Si quieres leer la entrada que le dedicamos a la especie pulsa aquí

para descargar la ficha de la especie, pulsa aquí

Existe mucha información. Aquí, por ejemplo, te dejamos la entrada que le dedicaron en un blog que nos gusta y te recomendamos https://floradegalicia.wordpress.com/2018/07/14/delairea-odorata/

 O también  http://invasionesbiologicas.blogspot.com/2019/01/delairea-odorata-una-enredadera.html

Imagen principal: Delairea odorata by Forest and Kim Starr lic. CC BY 2.0 on Flickr

Eliminar invasoras de nuestro jardín IV.

Enredando con la madreselva japonesa (Lonicera japonica)

Una de las especies que vemos con demasiada frecuencia naturalizada en nuestras salidas de campo es la madreselva japonesa, Lonicera japonica, que está invadiendo muchas áreas y resulta muy dañina puesto que, a diferencia de la autóctona (Lonicera periclymenum), es capaz de ahogar a los árboles y arbustos sobre los que crece. En los últimos años, la comunidad científica considera probable que emita sustancias alelopáticas, unas sustancias que impiden el crecimiento a las plantas cercanas.

El principal motivo de su utilización es el delicioso aroma que desprenden sus numerosas flores. Sus semillas son propagadas por las aves y otros animales, haciendo que puedan llegar a casi cualquier sitio. Se ha utilizado por su crecimiento vigoroso, varios metros en un año, pero lo que se cree ventaja pronto se muestra como riesgo y, cuando necesitamos eliminarla, se vuelve en nuestra contra.

Foco naturalizado de Lonicera japonica en Gibaja.

Como sucede con otras invasoras, tiene unas raíces persistentes de esas que, cuando crees que has conseguido erradicarla de tu jardín, asoman de nuevo y te desesperan, y de las que, si te dejas un trocito despistado, generan un nuevo foco.  Como siempre, también, te recordamos que el arma más importante en la lucha contra las invasoras es la paciencia y la persistencia, ellas son cabezotas; nosotros, más.

Para controlar la planta, hay que eliminar, primero, toda la parte aérea, lo que no es tarea fácil, porque al tratarse de una enredadera nos va a costar un ratito largo “desenredarla”. Una vez eliminados todos los tallos y lianas, hay que tratar de eliminar el tocón principal, que se suele pulverizar con un herbicida. Sabéis lo que opinamos de los herbicidas: se deben evitar siempre que sea posible y, en caso de utilizarlos, se debe hacer de forma muy focalizada, tratando de evitar que alcancen nada más allá de la especie que deseamos tratar (y, aun así, llegará al suelo. En la naturaleza todo está conectado).

Recuerda que, si te dedicas a meter azada sin control, estas multiplicando las raíces y empeorando la situación. Extraer las raíces debe ser una labor delicada para no empeorar el problema. Te recomendamos que esta tarea la lleves a cabo con la tierra húmeda, lo que facilitará la labor, y que emplees una herramienta que te ayude a hacer palanca (una horquilla, por ejemplo).

Tras esta primera operación, habrá que estar pendiente de los rebrotes provenientes de raíces y del banco de semillas para eliminarlos cuanto antes.

La gestión de los restos vegetales tampoco es sencilla, puesto que esta especie genera mucha biomasa y no es compostable, los tallos pueden enraizar con facilidad, las raíces generar nuevos brotes, los frutos tienen semillas…

detalle de la rama de Lonicera japonica (archivo InvasorasenRamales)

No recomendamos las quemas domésticas, menos aún con sequía. Los restos de esta especie se deben llevar para su “valorización energética” al punto limpio, que es una forma bonita de decir que lo van a quemar en un lugar con condiciones de seguridad, y que aprovecharán el calor generado para su transformación en energía.

Alternativas para tu jardín:

La más evidente es la madreselva de bosque, Lonicera periclymenum, autóctona, con un aroma menos intenso que la invasora, pero con un aspecto tan similar que incluso a nosotros nos cuesta distinguirla. El olor es menos intenso, pero la capacidad de trepar y cubrirlo todo y su aspecto son tan parecidos que te retamos a diferenciarlas. Apenas notarás la diferencia, y el resto de tu jardín se verá beneficiado.

Fuente: Lonicera periclymenum by Joan Simon lic CC BY-SA 2.0 on Flickr

También puedes optar por el género Clematis, las clemátides. Nosotros te recomendamos la especie autóctona Clematis vitalba, que no te va a provocar ningún problema, pero hay especies con floraciones aún más llamativas si es lo que estas buscando.

Un último consejo, por si no sabes si lo que tienes en el jardín es la madreselva japonesa o la de bosque. Para diferenciarlas, te damos dos claves:

– Madreselva japonesa, invasora, flores EN PAREJAS y frutos maduros NEGROS.

– Madreselva de bosque, autóctona, flores EN RAMILLETES (varias flores, surgiendo del mismo punto) y frutos maduros ROJOS.

Para descargar la ficha, pulsa aquí.

Para saber más sobre esta especie puedes leer aquí la entrada que le dedicamos y descargarte la ficha de la especie aquí .

No solemos recordártelo, pero ya sabes que aquí tienes el acceso al mapa de Google en el que puedes ver las localizaciones de las distintas EEI en Ramales, entre ellas, por supuesto, la madreselva japonesa.

Eliminar invasoras de nuestro jardín III.

Con el acanto, Acanthus mollis, hay que emplearse a fondo.

El acanto es una planta que abunda, muchísimo, en los jardines de Ramales, tiene unas hojas grandes (pueden alcanzar el metro) de color verde intenso, brillantes, que ya llamaban la atención en la antigua Grecia que las hizo inmortales en las columnas de orden corintio en el S.V a.C. Pero, además de bonita y elegante, es problemática y, quien se propone eliminarla, lo descubre. La facilidad con la que crece en lugares sombríos y lo vistoso de sus hojas y espigas florales son los motivos por los que se ha popularizado su uso en jardinería.

Gusta de suelos húmedos y frescos, si le faltan nutrientes deja de florecer. Tiene preferencia por los suelos calcáreos, así que, en Ramales, ha encontrado el lugar idóneo para extenderse y, probablemente por la “capacidad de fuga” de sus semillas o por el abandono de restos de poda en el medio natural, se ha expandido enormemente.

imagen archivo Invasorasenramales, Ayto. de Ramales

Es una planta que se multiplica con enorme facilidad, no solo por semilla (que surge en vainas que “explotan” lanzando las semillas a gran distancia, germinando automáticamente en contacto con el suelo y colonizando nuevas áreas) sino también por división de matas o corte de rizoma y este es el quid de la cuestión. Cuando tratamos de eliminarla, partimos el rizoma con la pala o la azada y, si no tenemos cuidado con la eliminación de los restos, lo que estamos haciendo es darle fuerza, ayudar a su dispersión. Si de verdad queremos eliminar el acanto de nuestro jardín, esto es lo primero que hemos de saber, por cada trozo de raíz que nos dejemos, estamos dejando una nueva planta. Partir la raíz es un sistema de multiplicación, así que hay que ser delicados para tratar de extraer el rizoma lo más completo posible y ser concienzudos.

imagen archivo Invasorasenramales, Ayto. de Ramales

En primavera y verano, la vitalidad de la planta esta a tope, por lo que si cortamos trozos de raíz es más fácil que estos «agarren». Por eso te recomendamos el invierno para iniciar la eliminación. Además, en invierno no tendrás el problema de que haya flores (cuyas brácteas espinosas pinchan) o vainas de semillas, con lo que, si prefieres desbrozar las hojas superficialmente para despejar el área de trabajo, puedes hacerlo sin riesgo de propagar la invasión.

Es, probablemente, una de las especies invasoras más desesperantes a la hora de eliminarla del jardín, es muy difícil desarraigarlo pues desarrolla raíces gruesas pero tiernas y profundas y, a partir de cualquier pequeño trozo de raíz, reaparece cuando crees que lo has eliminado por completo.

Una vez puestos en la tarea resulta casi imposible eliminar todas las raíces, también puede quedar el llamado «banco de semillas», semillas que han quedado en el terreno y que, durante unos años, conservan la capacidad de germinar. Así que, te lo adelantamos,  esto es una carrera de fondo y vas a tardar unos cuantos años, no desesperes.

Tiene un rizoma grueso del que van surgiendo nuevas raíces rizomatosas que van dispersándose. Si la tierra esta húmeda, una vez que has sacado el rizoma principal puedes ir tirando con suavidad de las raíces como quien tira de una cuerda. Como siempre te decimos, hay que ser muy meticuloso, cuanto más lo seamos, menor número de rebrotes encontraremos la próxima vez.

Es conveniente utilizar una pala plana y estrecha con la que puedas hacer palanca para levantar el rizoma, con la azada corres el riesgo de dividir el rizoma y empeorar la situación.

imagen archivo Invasorasenramales, Ayto. de Ramales

Como siempre, te recordamos, es tan importante el trabajo de eliminación como el de gestión de los restos vegetales. Las hojas del acanto no comportan riesgos, puedes compostarlas sin miedo. Debes ser muy cuidadoso con las raíces, lo mejor, dejarlas secar un poco para que se desprenda la tierra y llevarlas en bolsa cerrada al punto limpio.

Y, una vez despejado el terreno de raíces, te recomendamos que busques aliados para luchar contra los rebrotes, planta otras especies.

Es habitual que utilicemos el acanto en los jardines para cubrir zonas bajo arboles o con semisombra, tienes un sinnúmero de especies autóctonas que crecen en las mismas condiciones, tapizando el suelo y aportando floraciones espectaculares como la consuelda (Ajuga reptans), la aspérula olorosa (Galium odoratum) o la anémona de bosque (Anemone nemorosa). Si se trata de una zona lo suficientemente húmeda, puedes intentar cubrirla con helecho real o antojil (Osmunda regalis) un helecho autóctono muy empleado tradicionalmente en Cantabria y cuyas poblaciones naturales se encuentran cada vez más amenazadas.

También hay opciones clásicas como las begonias, los pensamientos o las hortensias, aunque estas últimas son especies no autóctonas y no parecen entrañar riesgos recuerda que “Muchas de las especies de jardinería son potenciales plantas invasivas por lo que hay que tener mucho cuidado en su control. Son como los zoos para los animales, no conviene que se escapen los leones…” Pregunta en tu vivero de confianza, curiosea, investiga y presume de jardín sostenible. Cuéntanos tu experiencia, tus dudas, los problemas que has encontrado, nos encanta aprender con vosotros.

Para descargar la ficha, pulsa aquí

Para leer la entrada que dedicamos al acanto, pulsa aquí y para descargar la ficha de la especie, pulsa aquí

Eliminar invasoras del jardín II.

La vara de San José, Crocosmia x crocosmiiflora, manos a la obra para erradicarla de casa.

Tal y como ya hicimos hace unas semanas con la Tradescantia, vamos a entrar de lleno, otra vez, en vuestros jardines, esta vez para eliminar otra de las especies exóticas invasoras, EEI, más habituales en los jardines de Ramales y fuera de ellos, la vara de san José, Crocosmia x crocosmiiflora. Sí, esa planta tan vistosa que en verano florece a las orillas del Asón y que inunda el parque de Cubillas es, sin duda, una de esas plantas que es fácil de llevar a casa “a ver si agarra” y ¡vaya si lo hace!

Además, a pesar de estar catalogada como invasora, lo que implica que, por ley, está prohibida su tenencia y comercialización, aún es relativamente fácil encontrarla a la venta. Pero esa es otra historia, vamos a lo importante.

La vara de San José es una de esas plantas que, en cuanto la llevamos a nuestro jardín, nos ofrece todas las ventajas de las invasoras: crece con facilidad, cubre una zona concreta rápidamente, es vistosa, no requiere demasiado mantenimiento y, de pronto, es la dueña del jardín. Sí, esta especie se reproduce a través de una especie de bulbillos en cadena que hace que, de un año para otro, se multiplique muchísimo y resulte muy vistosa en su floración. A partir del segundo año, habrá una floración mucho menor, esto es debido a que crece tan rápido, que los grupos se congestionan dando como resultado la reducción progresiva del número de flores, lo que suele llevar a los jardineros domésticos a añadir fertilizantes pensando que se trata de una falta de nutrientes, desequilibrando aún más la composición del suelo e iniciando así un círculo vicioso que solo podemos romper entendiendo la causa.

La Crocosmia es un híbrido creado para la jardinería, una planta fruto del cruce de dos especies sudafricanas que aunó lo mejor de cada una, haciéndola tan resistente como hermosa. Una combinación que ha terminado por producir un serio problema ambiental cuando ha escapado al medio natural.

A pesar de ser muy resistente, tiene sus preferencias: suelos frescos, ricos en nutrientes, entornos húmedos; por eso ha invadido las riberas de los ríos. Tolera tanto el sol directo como la sombra, e incluso inundaciones periódicas. A nada que le ofrezcamos un rinconcito de nuestro jardín, nos va a resultar complicado eliminarla. ¿La razón? Su método de multiplicación, a través de pequeños tubérculos encadenados como un rosario, a partir de cada uno de los cuales surge un nuevo ejemplar, y que son difíciles de eliminar en su totalidad cuando arrancamos la plantas. Estos tubérculos, similares a bulbos, aunque estrictamente no lo son, están unidos entre ellos, pero pueden desprenderse con relativa facilidad, quedando en el suelo dispuestos a echar por tierra nuestra labor de eliminación.

Así que, cuando nos pongamos manos a la obra, hemos de tenerlo muy presente, para evitar dejarnos ningún “bulbillo”. Es mejor que actuemos con la tierra relativamente húmeda para que esté blanda y la extracción sea sencilla. Agarrando de las hojas en la parte baja, extraeremos poco a poco la planta tratando de que salga toda la raíz. Una vez extraídas las plantas y bulbillos a mano, es recomendable rebuscar con un escarificador de mano, un pequeño rastrillo o incluso con la mano, por si ha quedado algún resto oculto. Sí, sabemos que puede resultar una labor tediosa, pero debemos pensar que cuanto más meticulosos seamos, menos veces habrá que repetir la operación. Porque, no nos engañemos, con las especies invasoras siempre hay que repetir la operación.

Es evidente, aunque lo avisamos para los despistados, que no es conveniente que movamos la tierra de la que hemos extraído la especie invasora hasta que no estemos seguros de su erradicación. Con una palada de tierra que traslademos siempre puede haber un bulbo oculto (algunos son pequeños), o una semilla fértil, y trasladaremos la invasión a otro punto. A veces, nos enredamos a hacer cosas en el jardín, nos acordamos de una maceta que necesita tierra, el año siguiente trasplantamos esa maceta sin recordarlo y, ¡magia!, la Crocosmia ha vuelto.

Otro punto importante en el que siempre insistimos es qué hacer con los restos cuando eliminamos las especies invasoras. En este caso, tenemos la suerte de que sólo debemos ser cautelosos con los bulbos y con las cápsulas de semillas (no es habitual que sean fértiles, pero puede suceder). Para evitar preocuparnos de las semillas, lo mejor es eliminar la planta antes de que las produzca, es decir, antes de que la flor se marchite, aunque la época en la que resulta más sencillo, y cuando te recomendamos actuar, es a principios de primavera, cuando solo hay hojas y el suelo está más húmedo.

Una vez hayamos arrancado la planta, podemos cortar los bulbillos con unas tijeras de podar e ir dejándolos aparte, mientras las hojas pueden ir directamente a la compostadora o a la esquina del jardín en la que dejamos los restos de poda. Cualquier resto vegetal que dejemos descomponer en el jardín nos aportara materia orgánica y, por lo tanto, nutrientes. Los bulbillos, con la menor cantidad de tierra pegada posible, pueden ir, en bolsa cerrada, al punto limpio (donde avisaremos de que se trata de restos de una EEI).

Probablemente por su origen, fruto de la hibridación, no es demasiado sensible a los herbicidas por lo que, habitualmente, el intento de eliminarla con fitosanitarios, no sólo no funciona, sino que, al afectar a las plantas de alrededor, debilita a la competencia, saliendo reforzada. Un “efecto rebote” que seguro que no te esperabas.

Durante la eliminación debemos ser cuidadosos con el resto de plantas para evitar dañarlas, sobre todo cuando escarbemos para buscar bulbillos y, una vez hayamos retirado a la invasora, revegetar con otra especie.

Si lo que nos gustan son las flores, ¿por qué no comprar unos bulbos de narciso salvaje (Narcissus pseudonarcissus), un narciso autóctono cuyas poblaciones naturales están amenazadas? Una planta preciosa que va a dar color a nuestro jardín, sostenible y sin riesgos. Ante la duda, seguro que en nuestro vivero de confianza podemos consultar cuáles son las alternativas sostenibles para el tipo de jardín que tenemos.

Para ver la ficha completa y descargártela, pulsa aquí

Para leer la entrada que dedicamos a esta especie, pulsa aquí, y para descargar la ficha, aquí.

Fuente imágenes: fragasdomandeo.com, @redcambera y Ayto. de Ramales.

Custodia del territorio y voluntariado ambiental

Pequeños gestos, grandes resultados.

Según Fundación Biodiversidad, la custodia del territorio es «un conjunto de instrumentos y estrategias que pretenden implicar a los propietarios y usuarios del territorio en la conservación y el buen uso de los valores y recursos naturales, culturales y paisajísticos. Para conseguirlo, promueve acuerdos y mecanismos de colaboración continua entre propietarios, entidades de custodia y otros agentes públicos y privados (Basora Roca, X. y Sabaté i Rotés, X. 2006)». Se elaboraran acuerdos de custodia, que son “contratos” voluntarios entre el propietario y una entidad de custodia en la que se pacta el modo de conservar y gestionar un territorio. La entidad de custodia es una organización, pública o privada, sin ánimo de lucro que participa activamente en la conservación del territorio. ¿Cómo se realiza esta custodia? Pues bien, estas entidades de custodia establecen una serie de objetivos y actividades a realizar que van desde la sensibilización y la educación ambiental a actuaciones para la conservación y mejora del área custodiada. En estas actividades es habitual el voluntariado ambiental para la gestión responsable. El acuerdo de custodia intenta integrar además la actividad económica y productiva de la finca. Es decir, se pueden establecer determinadas zonas del territorio custodiado interesantes para la biodiversidad de la zona pero sin recursos que se puedan explotar mientras se emplean otras áreas en el cultivo o la explotación económica, no son incompatibles y se busca facilitar esta convivencia de usos con el fin de que todas las partes se vean beneficiadas por el acuerdo. ( Para saber más: https://www.custodia-territorio.es/)

Muy consciente del valor que la custodia tiene como herramienta de conservación del patrimonio natural del que disfrutamos en Ramales, el Ayuntamiento ha suscrito acuerdos en el municipio con diferentes ONG como Fundación Naturaleza y Hombre, Red Cambera o la Asociación Cultural Bosques de Cantabria que gestionan diferentes fincas y áreas con el fin de conservar y mejorar su biodiversidad.

Gracias a este acuerdo, el pasado año, la Red Cambera nos sorprendió con la excelente noticia de haber logrado una importante subvención para actuar en nuestro municipio a través del Proyecto Fluviatilis, un notición que augura unos años de trabajo intenso y resultados esperanzadores.

La Red Cambera es una entidad sin ánimo de lucro que trabaja para la conservación de la naturaleza a través de diversos proyectos y con una especial atención a la educación ambiental mediante programas y actividades de voluntariado ambiental.

Hace unos días os enlazábamos en redes un video del Proyecto Ríos de la Red Cambera y tal vez no sabíais cual es exactamente la labor que están llevando a cabo. Como ya hemos mencionado, tiene suscrito un convenio de custodia del territorio con el ayuntamiento de Ramales, a través del cual realizan diversas actividades con el objetivo de mejorar la conservación de los ríos Asón y Gándara a su paso por nuestro municipio. En el marco de este acuerdo, han logrado una importante impulso a través del proyecto Fluviatilis, subvencionado por la Fundación Biodiversidad, con el que se pretende “rehabilitar y conservar el estado de entornos fluviales aumentando su resiliencia frente al cambio climático y fomentando la participación de la ciudadanía y las entidades locales”.

Para ello, tiene previsto eliminar algunos de los focos más importantes de dos especies exóticas invasoras, EEI, que están muy presentes, Crocosmia x crocosmiiflora, vara de san José, y Tradescantia fluminensis, amor de hombre; restaurando las riberas fluviales con vegetación autóctona. Sin duda, contaran con todos nosotros en alguna de las actividades que realicen, una oportunidad excelente para participar en actividades de voluntariado ambiental con las que aprender, colaborar y disfrutar de un entorno que, a veces, por demasiado cercano, no nos paramos a apreciar en todo su valor.

Porque, muy relacionado con la custodia del territorio está el voluntariado ambiental, una herramienta que aúna la educación, la divulgación y la conservación de la naturaleza, una forma de poner nuestro granito de arena sin necesidad de tener grandes conocimientos o disponer de medios extraordinarios, siempre hay alguna actividad que se adecúa a nuestras posibilidades, solo hay que estar atento a las convocatorias, que son bastantes; además, en Cantabria disponemos del programa PROVOCA, que nos facilita la información y el registro en un gran número de actividades de este tipo a través de su plataforma. Pero existen otras numerosas entidades y proyectos, como ves, que organizan actividades a las que nos podemos unir, nosotros tratamos de informaros a través de las redes, síguenos. No te quedes en casa, implícate.

Guía de invasiones biológicas en Ramales

Pues si, estamos decididos a preservar nuestro patrimonio natural desde todos los flancos posibles. Y eso incluye a las especies exóticas invasoras. La información es esencial, y por ello hemos publicado esta guía online sobre las principales EEI que tenemos en nuestro territorio.

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